martes, 8 de marzo de 2011

Así lo siento

No sé si lo creeréis, pero diría con toda seguridad que desde el domingo me noto mucho más positiva. 
A raíz de  una de las conversaciones más profundas y sinceras de mi vida me he dado cuenta de ciertas cosas, como ya os dije. Cosas que han hecho que no me sienta bien en mucho tiempo y que ahora veo con más claridad que de ellas no depende mi felicidad. 
Mi felicidad depende de mi misma, y no seré yo quien me impida alcanzarla.


Hace años encontré a alguien con quien compartir mis buenos y malos momentos, alguien que me entendía y con la cual no tenía que fingir en ningún momento ni dejar de ser quien yo era realmente.
El domingo me dí cuenta de que a partir de ese momento dejé mis antiguas amistades y me centré en las nuevas. Pasé grandes momentos e inolvidables con esas personas de las que me fui alejando poco a poco, aunque el contacto siempre se ha mantenido.
Cerré una fase de mi vida para comenzar otra, y no me había dado cuenta hasta ahora. También es cierto que esa fase la cerré sin darme cuenta, pues lo hice alegre, sin preocuparme, y también cuando tenía 8-9 años, y en esas edades a penas te das cuenta de las cosas que haces. Pero en este caso es diferente, puesto que esta vez soy consciente, es difícil, y sobre todo doloroso. 
Pero, al fin y al cabo, es justo lo que debo hacer ahora. Debo poner punto y a parte, debo continuar yo sola. Como alguien me ha dicho recientemente "Al fin y al cabo, la única persona que va a estar en tu vida siempre, eres tu misma".


Han pasado dos días desde que tuve conciencia de lo que debo hacer y lo que no, desde que me di cuenta de lo mal que estaba haciéndolo, de lo mucho que me estaba aferrando a algo casi inalcanzable. Dos días desde que, sabiendo lo que sé gracias a un buen amigo, me siento mucho mejor.
La vida son fases, así es Roberto, y yo, con una mano delante y otra detrás, sin nada más, VOY A LA SIGUIENTE.

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